Los Foros Locales de los 21 distritos de Madrid, son sin
duda una oportunidad política para implicar a los vecinos y vecinas de la
ciudad en torno a la construcción de proyectos en común que les permitan tomar
parte en las decisiones que les afectan. Me ha costado hacer esta definición, y
no es casualidad las palabras que he elegido, me explico. El foro no es sólo el
lugar al que vas a hacer “la propuesta para subir a pleno”, ni que el pleno
fuera magia, todos conocemos los ritmos de la burocracia municipal. El foro es
el lugar donde te enteras que existe una Red de Solidaridad Popular, donde te
encuentras con gente que le pasa lo mismo que a ti con ese desastre de la ayuda
a domicilio que no llega, y donde te organizas para convertir esas conversaciones
de bar en propuestas concretas para transformar tu realidad. El foro es una
oportunidad para tejer redes vecinales, para detectar juntas necesidades, para
generar un conocimiento más amplio y colectivo, es el espacio donde no sumamos individualidades sino que construimos en
común.
El Foro puede ser lo que nosotros queramos que sea, tienen
la potencialidad de convertirse en un espacio que una, que movilice, que
organice, que aglutine a las vecinas del barrio y que eleve su nivel de conciencia
y de implicación. No debemos caer, en mi opinión, en el egoísmo individualista
de que me pongan la parada de bus al lado de mi casa, pongámosla donde
beneficie a un mayor número de vecinas, teniendo en cuenta criterios sociales y
de inclusión y pensando también con la mirada de las que aún no participan, ya
sea por edad, curro precario u cualquier otra condición o circunstancia que se
lo impida.
Con estos primeros meses de andadura, y con la experiencia
también de los Presupuestos Participativos, podemos ya sacar algunas
conclusiones, riesgos, potencialidades, propuestas de mejora. De eso pretende
hablar este artículo. Empezaré con tres
ejes problemáticos: la participación virtual versus la presencial, la
individual frente a la colectiva, y la accesibilidad en la participación,
entendiendo la accesibilidad como aquella que procura la igualdad de
oportunidades para todos y para todas.
Respecto al primer eje es incuestionable las limitaciones
de la herramienta decidemadrid y la brecha digital ocasionada. (Toda la “parte
buena” me la salto, es de sobra conocida la situación de la que partíamos y
hacer las cosas desde cero cuesta y lleva su tiempo). Como decía, la brecha
digital genera grandes desigualdades. Los procesos de participación no son
neutros, y tal y como está diseñado actualmente el de Presupuestos
Participativos por ejemplo, genera que una gran parte de la población se queda
fuera, ya sea por motivos generacionales, culturales, socioeconómicos… La web
no es excesivamente intuitiva, el proceso de darse de alta es farragoso y tiene
algunas limitaciones de diseño que impiden que el proceso sea más ágil (como
por ejemplo no poder editar las propuestas una vez subidas). Así se dan
desequilibrios entre barrios con mayoría de población joven y estudiante para
los cuales es fácil la utilización de esta herramienta, frente a barrios
envejecidos, obreros, periféricos en los que ni siquiera llega esta información
sino fuera a veces por el esfuerzo de algunas asociaciones de vecinos o
militantes que intentan acercar estos procesos a la realidad. Esta herramienta
es utilizada por quienes saben movilizar apoyos en Internet, como ejemplo la
labor de los clubs de Rugby y las AMPAS del liceo francés en Hortaleza, que
movilizaron más de 1000 apoyos para sus dos propuestas: la creación de un campo
de rugby y una sede social para el mismo. Sin tener nada en contra de los
campos de rugby, coincidiréis conmigo en que quienes lo proponen, no son
precisamente los excluidos de esta ciudad.
En segundo lugar, el eje participación individual Vs
colectiva, volvemos a encontrarnos con limitaciones enormes en lo que a
decidemadrid se refiere. Sin pretender menospreciar o frivolizar en exceso,
creo que todas somos conscientes de que hacer un click en el ordenador de tu
casa para elegir el proyecto X o Y de Plaza de España ni empodera ni responde a
ningún objetivo de transformación social. Aun no entiendo por qué se invierte
más dinero en publicitar esta campaña, que por ejemplo en la de los Foros, que
por ser un espacio presencial y deliberativo resulta más incluyente y aglutinador
de las necesidades de los territorios.
En tercer lugar, y engloba todo lo anterior, el eje de la
accesibilidad y la igualdad de oportunidades. Y aquí si voy a centrarme más en
los Foros, que las limitaciones de lo anterior ya han quedado señaladas. Los
foros como decía al principio tienen la potencialidad necesaria y es nuestro
deber consolidarlos, convertirlos en espacios útiles, y no generar expectativas
que devengan en frustración.
Existen multitud de espacios en los que las personas
invierten su tiempo y esfuerzo en organizarse: asociaciones de vecinos,
colectivos, movimientos sociales, plataformas… los Foros deben reforzar el trabajo de las entidades ya existentes,
nunca debilitarlo. Los foros deben ser ese lugar de encuentro, esa oportunidad para forjar alianzas, además
deben consolidarse como espacios con autonomía, no institucionalizarse ni
burocratizarse en exceso.
Cuando hablo de accesibilidad no me refiero únicamente –que
también- a que seamos capaces de garantizar mecanismos inclusivos para que
puedan participar personas con diversidad funcional, para garantizar la
conciliación etc.; sino a que tengamos muy en cuenta que no todo el mundo tiene
la misma voz, que existen grandes desigualdadades en las condiciones de
partida, y que por tanto, el objetivo primordial de los foros no es tanto “que
participe todo el mundo” sino dar voz/dar poder a quienes tradicionalmente estamos
excluidos de los ámbitos de decisión. En este sentido debemos ser capaces de
llenar de contenido la participación, no se trata de esconder los fracasos o
las limitaciones de Ahora Madrid en “qué bonito es participar”, la participación no existirá si no hay una
redistribución del poder real.
En esta primera etapa probablemente lo importante sea
afianzarlos, convertirlos en espacios útiles, y amables para quienes aún no
están organizados. Pero si queremos realmente construir una acción colectiva
emancipadora no podemos dejar de empujar, desde los sectores más concienciados,
hacia el desborde de los mismos. No podemos perder el horizonte de quien sigue
ostentando el poder real en esta ciudad, y cualquier proceso de empoderamiento
colectivo tendrá que pasar por dar herramientas
a las clases populares para atacar la columna vertebral del capitalismo urbano:
las grandes empresas contratistas que siguen gestionando los grandes servicios
privatizados que no terminan de remunicipalizarse, las constructoras, las
inmobiliarias, los bancos…
Participar es la posibilidad de organizar el conflicto. Las
instituciones no están diseñadas para cambiar, y como tantas veces hemos
teorizado tener el gobierno no es tener el poder. Será desde fuera, con la
acción colectiva, y aprovechando todos los cauces a nuestro alcance desde donde
tendremos que seguir dando la batalla contra las élites locales y sus redes.